En búsqueda del instante eterno
Escrito en noviembre del 2005
Después de cinco discos publicados, Gustavo Cerati, uno de los compositores y músicos más influyentes del rock latinoamericano, ha dicho en los medios de prensa argentinos que prepara, para principios del 2006, su próximo trabajo discográfico. Era de esperarse. Sus seguidores y fieles cultores luego de recorrer toda su discografía como solista –Amor Amarillo (1993), + Bien (1996), Bocanada (1998), 11 Episodios Sinfónicos (2002), Siempre es Hoy (2003)- tan sólo esperamos que el ex Soda Stereo nos vuelva sorprender y nos deje atónitos con nuevas innovaciones y a maravillar con su escritura tan particular. O quizás no esperamos nada. Ya se ha vuelto costumbre el cambio sin sospechas, sin temores, un ritmo ceratiano que no cesa en la exploración de sí mismo: la búsqueda de Cerati es, así, sinónimo de su vitalidad como músico. Olvidar esto es olvidar demasiado.
Se dirá que éste músico de 45 años de edad desvirtúa el rock, se dirá que juega mucho con sonidos prefabricados, se dirá que es un músico sin nicho fijo... pero, tal vez, no sean éstas unas adecuadas y sanas opiniones. El lado experimental de Gustavo Cerati es tan sólido que ha consolidado un estilo propio, un nuevo sonido, una nueva cara aún más íntima y más auténtica que muchos. Y él mismo alude a The Beatles y a David Bowie, músicos que toma como partida para fundamentar su incesante investigación musical: ellos fueron la punta de lanza de la innovación. En entrevista realizada en un sitio web colombiano, Cerati comenta: “Yo sigo a mis ídolos: Bowie, los Beatles...cada disco suyo a través del tiempo es una historia diferente, es algo apasionante entonces para mí investigar en diferentes tendencias”.
En ese sentido, llega al mundo de la música electrónica. Y como veremos en los discos posteriores, llega este amplio género a apasionar a Cerati irremediablemente. “A mí me interesa la música electrónica desde hace tiempo; como músico de rock, encontraba dentro de éste una limitación producida por la misma industria, y yo la reconozco: veo que las cosas del rock están ya muy formulada -apunta el autor de Canción Animal-; veo una especie de empaqueterío, todo está demasiado producido y efectista. No parece haber ‘música’ dentro de muchas cosas que se hacen allí”, finaliza.
De modo que la libertad llegó enunciada en la música electrónica a Gustavo Cerati. La facilidad y la practicidad manifiesta en una computadora, en unos samplers, en unos sintetizadores, realizando loops y scratches, con la posibilidad de moverse a ratos por el Pop electrónico, por el Hip Hop, por el Acid Jazz, el Funk y hasta por el Folklore, hace que gracias a este contemporáneo surgir de la tecnología musical, haga sus efectos en el ritmo implícito ceratiano. “Con un ordenador y un programa de internet ya se puede hacer buena música, una realidad que antes no ocurría. Me produce mucho placer porque es un instrumento como cualquier otro; en verdad lo emocional que vos hagas no depende tanto del instrumento, eso es una creencia popular que no comparto. Reconozco de todos modos que hay algo mágico en tocar la guitarra, algo más esencial para mí porque aprendí a tocarla... o lo intento”, comenta el músico argentino. Electrónico y emotivo, gracias a estos nuevos avances tecnológicos el ritmo ceratiano ha encontrado asilo en un lugar aún sin casilla fija: quizás no le haga falta. Ecléctico por naturaleza, híbrido ser que en cada disco, cada tema, cada tonada, hace y deshace en sus caminos lúcidos, Gustavo Cerati es, por así decirlo, un sedicioso agente con una sed experimentativa insaciable.
¿Por qué no repasar un poco su último disco antes de que se nos venga encima su próximo trabajo? Total, nos perdemos nada con rescatar este disco que, convertido ya en un clásico e icono de lo que puede llegar a realizar este músico, flota de por sí en nuestras vidas por todo lo que propone. Hay que preparar el camino. Busquemos en nuestra biblioteca repleta de discos el Siempre es Hoy. Allí nos espera 17 canciones exquisitas. ¿Están cómodos? ¿Preparados para la descarga? Bienvenidos al plano en donde el ritmo se comprime con el pasado y el futuro... donde el presente se ha detenido por un instante, y elevemos el canto.
Sumergidos en el Siempre es Hoy. BMG. (2003)
Siguiendo la luz sagrada de la poesía, Gustavo Cerati nos introduce por los jardines verdes de los placeres musicales con este disco. No es una exageración. Diría, es más, que la poesía ceratiana y un sutil sentimiento de religiosidad se une en una atmósfera vital al final del disco. Es digno de escuchar los tres últimos tracks -Vivo, Sudestada y Especie-para darse cuenta de que el título del disco toma significado totalmente. Tal vez el sentimiento místico y devoto por la vida no se da tan descarnadamente en discos anteriores. Pero, dejemos que el propio Cerati nos cuente del por qué del título del disco, Siempre es hoy: “Es una puerta hacia todos los tiempos, en realidad. En el hoy, se aglutinan todos los tiempos, esa es la sensación que tengo. El hoy es como el futuro, o deseo que sea como el futuro. O deseo que no sea como el pasado”, dijo en una entrevista realizada por Esteban Pintos, publicada en una importante página musical de rock argentino.
Y no se equivoca Cerati. Al escuchar el disco pareciera que el movimiento de traslación y rotación de este mundo se detuviera y que la atemporalidad se apoderara de nuestras terredades, como diría el poeta Eugenio Montejo. Siempre es hoy es un canto contra la historia, sin más. El tiempo queda despojado de su eminente instinto aniquilador, y entramos en la galaxia de lo posible, en el mundo donde vivos y muertos se juntan.
Se puede decir que el Siempre es Hoy es un disco con amplia gama de sensaciones. En el se respira la celebración del instante. Disco que da y ofrece de todo, que pasa por el idilio, por la ironía, el dolor, y en fin, la fiesta de la vida, es un trabajo hecho con mucha responsabilidad para sus fanáticos. Bailar, reír, llorar, disfrutar de lo irónico, amar, vivir: esto es Siempre es Hoy. Nos parece clave hacer una breve comparación con sus tres discos más importantes: Amor Amarillo, un disco indirecto y lejano; Bocanada, un disco irresistiblemente irónico y etéreo; Siempre es hoy, más directo y enérgico. La diferencia se nota a la vista. El mismo Cerati hace la comparación con este disco y con los anteriores, en la manera en que fue concebido, en que fue grabado:“En este último disco traté de ser lo más directo, menos sutil, un poco más descarnado frente a lo que siento, a lo que percibo. En Bocanada, por ejemplo, estaba más interesado en la mentira, en la farsa, en la fantasía, el terror, los personajes”.
Un punto interesante es que este disco se produjo en cuatro países: México, Chile, Argentina y Estados Unidos. La banda creada para este disco estuvo conformada por los excelentes músicos Flavius Etcheto en trompeta, guitarras y sintetizadores; Leandro Fresco en samplers, sintes y coros; Fernando Nalé en el bajo; Pedro Moscuzza en batería y Javier Zuker en los scratches y loops. ¿Y quienes fueron los invitados a la producción? Figura la presencia en dos temas del abuelo del rock argentino, Charly García, -en Vivo y Sudestada- tocando el sublime piano; también participa el percusionista Domingo Cura en Sulky; actúa de igual manera Tea Time (Los Tetas) en el callejero hip hop de Altar; y por último interviene la actual pareja sentimental de Cerati y conductora de televisión Deborah de Corral en los temas Casa, Altar y Torre de Marfil.
Siempre es Hoy recorre varios planos sentimentales. En este sentido podemos decir que los 17 tracks se comparten, básicamente,- no queriendo ser muy parcializado- en cuatro grupos. En los Temas festivos y amorosos, entran los temas Siempre es hoy
Consideraciones finales acerca del eterno instante...
Hacer consideraciones finales de un disco tan completo como Siempre es hoy resulta difícil. Hay que ser sinceros: las 17 canciones son estupendas. Cada una de ellas juegan un papel clave en el recorrido musical ceratiano. ¿Cómo dejar aun lado canciones como Camuflaje, Amo dejarte así, Karaoke, Tu cicatriz en mi, Casa, o Cosas Imposibles? En éste instante, cuando escribo estas líneas, escucho el tema Casa y no puedo sentir más que alegría con esa cadencia refrescante. Sin embargo, vamos a tomarnos el riesgo de pasar por alto algunos temas por cuestiones de espacio y para intentar ser lo más concreto posible.
Empecemos por destacar el gran tema Artefacto. Con gran fuerza y ritmo, se impone dentro del disco como uno de los temas más intensos. Tal vez Artefacto engendra ese sentimiento rockero que tanto los fanáticos de Soda Stéreo extrañaban. Batería potente, guitarra afilada, teclado alucinante, bajo oscuro, voz retadora. ¿Cómo olvidar el estribillo final, que se nos pega inevitablemente a la altura del minuto 3:05?:
Pero no se queda atrás Nací para esto. El comienzo ya es eminente: como de otra galaxia, llegado desde otra dimensión. Y comienza la guitarra a tomar el cauce indiscutible. Cuidado con la guitarra, no la pierdan. La letra es una joya: es Cerati hablando de sí mismo.
Tema que llama la nuestra atención es Sulky. En sus 4 minutos de duración notamos lo que Cerati llama un tema “folklore-rock”, inspirado en unos de sus viajes a la pampa sureña, en su aridez y su ruda soledad. Con Domingo Cura, destacado percusionista, se graba esta canción con un sonido único. ¿No notan ese bombo como retumba? ¿No lo reconocemos? Suena al mar, a costa, Sol. Veamos lo que nos dice el propio artista: “En Sulky yo tenía muy presente la idea de la sequedad. Había hecho un viaje a Balcarce, que es un lugar muy lindo: la típica pampa salpicada por unas sierras que son las más antiguas del planeta. La erosión es tremenda; te produce un efecto increíble. Entre eso y ver a Domingo sacándole emoción a la madera terminé la letra. Nunca tuve la intención de crear un híbrido tipo ‘folklore-rock’. Es algo que solamente surge”, destaca Cerati en una entrevista realizada por Sergio Marchi.
Altar se eleva también como un gran tema. Es una máquina de sonidos bien conjugados, todos a la batuta de la guitarra punzante. <Suena como el viento y decidí borrar el tiempo, soy mi propio altar; harto del sarcasmo sube el precio del silencio; me hace sentir bien> Y esos scrachtes, esos loops le dan un toque indiscutible al tema. La trompeta de Flavius Etcheto suena magistral, y ni hablar del ritmo callejero que Tea Time (Los Tetas) le impone a la altura del minuto 3:05. Una fiesta en donde todo baila, un escenario libre de toda pretensión: Un altar propio, lleno de vida.
¿Y si nos subimos en la Torre de Marfil? El panorama es sublime desde arriba. Prepárense. Aquí la ejecución del bajo en las manos de Fernando Nalé es fundamental: le da un toque sombrío a la composición, un toque de gravedad. Y ese leve toque de cuerdas, acompañando a la letra nos dibuja aún más el paisaje: <Un reemplazo de mi no podrá hermosearte más, pero hoy igual me mata no saber dónde estas ni qué hacer, hoy marqué tu número tan sólo para oír tu voz>. Ese juego del bajo, el tinteo sublime que va desde lo bajo hasta lo alto en intensidad, y esa letra de despecho, de desgarro... Del minuto 3:05 hasta el final es sólo para cerrar los ojos...
Vivo, el tema número 15 del disco, es una canción gloriosa. “De lo mejor que escribí en mi vida”, dice el propio Cerati frente a este tema, donde participa el abuelo Charly García: ¿Cómo no distinguirlo enfrente del piano? Una cadencia dibujada por la guitarra y además del suave latir de la batería, hace que bajemos la voz y meditemos.
Analizar la belleza implícita en Sudestada es aún más difícil. <. Y justamente detrás de esta estrofa, en un ensamblaje eufórico, se amalgama la guitarra abismal de Cerati y el bajo y el ritmo nítido de la batería. >. Y el final es contundente... Una exposición divina, un éxtasis de cuerdas eléctricas, un sonido grave que nos hace volar... Un final perfecto para un tema perfecto.
Y si en Sudestada se nos revela el amor divino, en Especie se nos revela el ensueño, una visión mágica, poética. Es de notar esa atmósfera etérea del fondo que se da en el mismo comienzo, como si nos sumergiéramos en un abismo:
CAM