Cortázar: la desfachatez genial

En Rayuela han aparecido
personajes interesantes. A parte del mítico personaje La Maga (del cual ya
tenía referencias mucho antes de leer la novela) y de Horacio Oliveira, lo que
más me llama la atención es el aire absurdo de sus contextos, la desesperanza
de sus búsquedas, los divinos desvíos narrativos y temporales. Entre París y
Montevideo, entre Buenos Aires y Pekín, las historias van entremezclándose en
eso que se denomina en unas de sus páginas como "la cosidad metafísica". Digamos,
esa voluntad de querer buscarle sentido a los pasos de la vida y hasta de la
muerte, pulsión que más sabe de pesimismo que de esperanza.
Cuando leí La montaña mágica
de Thomas Mann supuse que jamás leería otra novela existencialista. Tal vez
exageraba un poco. Lo cierto es que Hans Castorp puede ser hermano de Horacio
Oliveira. ¿Cómo olvidarme de Luigi Settembrini y Gregorovius Ossip? Los diálogos
entre estos personajes buscaban la relativizaciòn de todo. Se podría sacar muchos
libros con esas frases: un compendio para armar y desarmar la cultura
occidental. Pienso que la intención de Mann fue esa; pero
hasta ahora, creo que Cortázar buscó lo mismo pero con extrema locura
narrativa, con desfachatez genial.
Diario Literario, 2013
CAM