El vuelo monocromático del alma


“El hombre es un lobo para el hombre”. Esa sentencia que Thomas Hobbes lanzase hace ya siglos sigue blandiendo el devenir del ser humano, abonando diariamente la devastación del planeta. El milagro de la vida, más allá de la lucha por el poder, sigue batallando en cada rincón, a contracorriente del consumo y de la máquina. Es el acto de fe: el nudo de la existencia.
Conciente de esta crisis existencial y, por tanto, cultural, Creaciones Internas de la fotógrafa venezolana Laila Chemekh Saab, tiene la virtud de convocar la esperanza entre tanta oscuridad. Más allá de cualquier aparataje conceptual, en cada una de las piezas que dan forma a esta obra recopilada entre el año 2000 y 2003, responde a un afán íntimo, originario y universal. En ella la mirada del niño patentiza la tierra futura.
Creaciones Internas promueve una visión ontológica de la vida y de la muerte. Entre el niño y la mariposa, pendula el mito y la poesía. Ambas criaturas, unidas por la metamorfosis vital, supone un tránsito tanto terrenal como espiritual. Las alas de la crisálida, serán también la del chico que, luchando contra el tiempo, transitará hacia la Otredad.
De allí que el filósofo chino se preguntara: “¿Quién soy yo, Chuang-tze quien duerme y sueña que es una mariposa; o una mariposa que se imagina ser Chuang-tze?”. Vida, muerte, resurrección: pulsaciones primigenias que Laila Chemekh Saab ilustra en este vuelo monocromático del alma.

CAM, 2011

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